Estructuras Resistentes

Una estructura es resistente cuando conserva su forma al aplicarle cargas. Sin embargo, todos los materiales sufren una pequeña deformación cuando se les aplica una fuerza. El problema surge cuando la fuerza es tan grande que se produce una deformación permanente o se rompe la estructura.

Para construir un arco, una bóveda o una cúpula, había que hacer primero un entramado de madera en el que se apoyaba cada pieza. Cada una de las piezas de piedra que formaban la estructura tenía que ser tallada a mano, siguiendo plantillas dibujadas en papel. La precisión en este trabajo era fundamental para que las piezas encajasen bien. Una vez finalizada la construcción con piedra, se retiraba el entramado de madera.

En ocasiones, los arquitectos del pasado se enfrentaban a problemas casi irresolubles. Por ejemplo, a construir cúpulas sin utilizar un entramado de madera que sostuviera la estructura mientras se construía.

Este problema lo resolvió el arquitecto italiano Brunelleschi en la catedral de Florencia, en Italia. Los arquitectos anteriores diseñaron una catedral tan grande que el vano de la cúpula, es decir, el espacio que esta debía cubrir, medía 42 metros de diámetro y se encontraba a 58 metros sobre el suelo. Era imposible encontrar troncos tan grandes para construir el armazón necesario para la cúpula. Por eso, la catedral permaneció inacabada hasta que Brunelleschi dio la solución: construir la cúpula sin entramado de madera, haciendo que la estructura se sujetase a sí misma durante la construcción. El arquitecto pensó en una forma especial de colocar los ladrillos, de manera que cada hilera quedara sujeta. Así, se completó la catedral con una gran cúpula, tan grande que los florentinos la llaman desde entonces «il cupulone».

Lo que inventó Brunelleschi era una estructura que se sujetaba a sí misma durante su construcción. Esta innovación permitió resolver otros muchos problemas arquitectónicos.